Érase una muchacha
que soñaba un velero
bajo el umbral de su ventana.
Érase un pueblo lleno
de mar y de albahaca,
de sueños y esperanza,
de muchachas asomadas
a sus coloridas ventanas.
Érase un mar
rizado por hilos de plata
que invitaba a zarpar
a la muchacha asomada
bajo el umbral de su ventana.
Muchacha,
velero,
pueblo,
mar,
fantasías dalinianas
que invitan a soñar.
S. FIDALGO