Yo quisiera ser como tú,
en el buen sentido
de la palabra bueno,
y caminar haciendo camino
por donde nunca lo hicieron,
Yo quisiera ser un olmo seco
renacido por la primavera
y soñar la mano amiga
de mi amada,
llevándome por esa blanca vereda
que la esperanza recupera.
Yo quisiera
que esa España
de charanga y pandereta
desapareciera,
que su mármol y su día
llamaran por fin a su puerta.
Yo quisiera, Don Antonio,
maestro de poetas,
haber estado en esa tierra
de Soria, árida y fría,
atento a tus lecciones,
soñando tus poemas
y aprendiendo a ser persona,
en el buen sentido de la palabra,
buena.